Estudios recientes muestran que
aquellas personas que se esfuerzan por sentirse felices en todo momento, pueden
sentirse decepcionadas, y aquellas que se esfuerzan aún más, como si la
felicidad fuera lo único que les importara, la alejan de su vida. Esto no
quiere decir que se abandone la idea de ser feliz, sino que hay que saber cómo actuar
para aumentar la sensación de bienestar.
Pequeñas ideas para aumentar tu
felicidad:
No la persigas. Si tienes un mal día, si te
encuentras molesto, frustrado, triste, enfadado...acepta lo que te está pasando
en ese momento. Estas emociones forman parte de la vida. No pasa nada, no es el
momento más feliz de tu vida, ni siquiera te sientes a gusto, pero es algo que
sucede en la vida de cualquier persona. Cuanto más rápido lo aceptes, más
rápido podrás tranquilizarte y antes volverás a sentir algo de bienestar.
Haz que tu día contenga
situaciones/actividades que te generan alegría. Por muy ocupado que te encuentres, dedica un tiempo del día para realizar algo
que te haga sentir bien, alegre. Cada persona tiene unos gustos, algunas tienen
hobbies; hazte consciente de los tuyos y
saca tiempo regularmente para disfrutar de ellos. Generalmente hay dos
actividades que generan alegría, una es charlar con un ser querido y otra practicar
actividad física.
Evita los tóxicos. Debes cuidar no sólo lo que comes y
bebes, sino también estar atento a otros tóxicos que resultan menos conocidos.
Cuida las conversaciones que mantienes, procura que sean agradables y
nutritivas; escoge las lecturas y las películas; haz una selección cuidadosa de
los programas que ves en la televisión u oyes en la radio. Intenta poner
atención en las sensaciones físicas y anímicas que genera en ti el programa de TV que escoges y, si son sensaciones desagradables, cámbialo.
Practica la gratitud. Intenta hacerte
consciente de todas las maravillas de las que disfrutas en tu vida y da las
gracias por ello. Puedes dar las gracias por poder ver, hablar, oír, caminar,
puedes dar las gracias por tener un techo donde vivir, por abrir un grifo y
tener agua potable, también puedes agradecer que haya personas que te quieren,
personas que te proveen de alimentos y mil cosas más; la lista es interminable.
Haz de la gratitud un hábito.
Disfruta de las pequeñas cosas. No hace falta esperar que ocurra un acontecimiento extraordinario; el
perfume de una flor, la sonrisa de un niño, un paseo con una amiga, el abrazo de tu pareja, llenan de momentos agradables tu día a día. Procura
enfocar tu atención en reconocer la existencia de estas pequeñas cosas que
proporcionan bienestar y alegría.
Elige ser feliz. Toma una decisión:
elige ser feliz. Eso significa que en vez de recrearte en el malestar y magnificarlo, estás decidido a aceptar lo
que te pase, sea lo que sea, y emplear tu energía en vivir con alegría, en
activar todas las habilidades que poseas para tratarte bien, sonreír, ser
amable y considerado con los demás y enfocar tu mente hacia las cosas
agradables.
Puedes conseguirlo,
sólo hace falta practicar!!!!
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