Muchos de nosotros llevamos una
vida apresurada, con infinitas tareas por hacer y cientos de objetivos por
cumplir. En esa rutina acelerada concedemos muy poco espacio a la toma de
conciencia acerca de los infinitos bienes que disfrutamos cotidianamente.
"La gratitud es una afirmación
de la bondad, afirmamos que hay cosas buenas en el mundo, regalos y dones que
hemos recibido y reconocemos que las fuentes de estos bienes están fuera de
nosotros" refiere Robert Emmons, científico experto en gratitud.
Reconocer esos innumerables bienes
y dar las gracias por ellos nos permite tener una visión más balanceada de la
vida que vivimos y nos sirve de contrapeso cuando estamos atascados o inmersos
en una situación desfavorable. Permite ver desde otra perspectiva, arroja un
poco de luz a esa oscuridad de la que somos presa en algunas ocasiones.
La gratitud nos conecta con la vida
y nos une al mundo. Hace más difícil sentirse aislado. La gratitud fortalece las relaciones y estrecha los vínculos
porque nos hace ver cómo nos han ayudado
y nos ayudan otras personas, cómo otros individuos nos han facilitado y nos
facilitan nuestra cotidianidad, tomamos conciencia de la multitud de personas
y elementos naturales que intervienen para que llevemos la vida que llevamos.
Diversas investigaciones, ponen de manifiesto que la práctica de la gratitud aumenta la felicidad y la satisfacción con la vida; también favorece
la sensación de optimismo,
alegría, y otras
emociones positivas.
No estamos habituados a practicar
la gratitud. Al principio puedes llegar a preguntarte y ¿de qué voy a dar las
gracias? Eso suele ocurrir cuando inicias este camino, un poco después aparecerán ante ti multitud de
cosas por las que sentirte agradecido. Para desarrollar la habilidad de
sentirte genuinamente agradecido y mejorar tu capacidad de estar bien y tener
una buena salud, has de practicar dar las gracias regularmente.
Algunas ideas para cultivar la
gratitud:
- Comienza un diario de gratitud. Escribe todos los días tres cosas por las que te sientes agradecido. ¿Qué te parece si para comenzar este diario, das las gracias por estar vivo?.
- Da las gracias más a menudo. En nuestras vidas intervienen muchas personas, todas ellas son importantes. No esperes a que algo extraordinario suceda, da las gracias a los que te rodean, ya sea la persona que te vende el periódico, ya sea tu compañero de oficina que te trae un café.
- Da las gracias a tus seres queridos. Están ahí y estamos acostumbrados a tenerlos cerca. Los apreciamos y damos por supuesto que ellos lo saben. Practica darles las gracias. Imagina cómo sería tu vida sin ellos, eso te ayudará a apreciar el valor de su presencia y podrás darles las gracias con todo tu corazón.
- Haz de la gratitud un hábito. Establece un tiempo determinado para enfocarte en la gratitud, fija unos minutos al día en los que vas a conectar con la gratitud. Puede ser al iniciar el día y con ello comenzarás el día con un extra de energía y alegría, también puede ser al final del día, al acostarte, y con ello te sentirás más en calma y favorecerás el sueño. Hazlo cuando quieras, pero establece esos minutos en tu lista de quehaceres cotidianos.
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