martes, 7 de abril de 2015

Nada dura para siempre

Si practicamos la observación de nosotros mismos, enseguida podemos darnos cuenta de que, salvo en alguna situación excepcional, habitualmente y de forma automática, queremos que aquello que nos gusta dure eternamente y aquello que no nos gusta desaparezca de nuestras vidas para siempre.

Desde pequeños entramos en contacto con la idea de la permanencia como bien preciado y alcanzable. Hay cuentos en los que se nos habla de que los enamorados fueron felices para siempre, de que el héroe encuentra a la doncella y la revive para siempre,  o que incluso es capaz de matar al monstruo y liberar a su pueblo de los peligros para siempre, etc, etc.  Esta idea es muy romántica pero totalmente irreal.

La impermanencia es la realidad. La impermanencia es inevitable. Todo cambia, nada dura para siempre. Nada es eterno, ni lo más simple ni lo más complejo.

Cuando pensamos en que nada permanece podemos sentirnos tristes, incluso sentirnos bloqueados por el miedo a la pérdida; quizá lo más adecuado es aceptar que las cosas son como son y no dar muchas vueltas en torno a estos pensamientos. Es más, podemos utilizar esta verdad en los momentos en los que nos sentimos desanimados y atascados; saber que la tristeza o el atasco que estamos experimentando terminarán, que no van a durar eternamente, nos da fuerzas para poder experimentar el dolor sin sumirnos en un estado de desánimo.

Ser conscientes de la impermanencia es ser conscientes de que las cosas agradables que estamos viviendo cambiarán algún día y también lo harán las cosas desagradables. ¡Qué liberación, lo que nos desagradada no es eterno, se irá algún día!

Y podemos avanzar un poco más; podemos utilizar esta sabiduría para disfrutar cada segundo de aquello que nos toca vivir; esta toma de conciencia nos ayuda a establecer prioridades, nos anima a aprovechar cada momento de nuestras vidas y apartar de nosotros todas aquellas actividades, actitudes ineficaces con las que podemos estar distraídos.

Saber que las cosas cambian, que lo que hoy tenemos no es lo que mañana tendremos, nos alienta a vivir con total atención, a apreciar el sinfín de cosas maravillosas que estamos viviendo en este preciso momento y que con total seguridad habrán de cambiar. Si quieres realizar algo, si quieres expresar algún sentimiento bello a tu ser querido, decide hacerlo ahora, en este preciso momento, en este momento maravillosos de tu vida.


Todos tendremos momentos malos y buenos en la vida. Vendrán y se irán, y vendrán otros y también pasarán. Este es tu gran momento, no lo desperdicies, aprovéchalo al máximo...no dejes para mañana lo que puedes vivir hoy con total atención.

No hay comentarios:

Publicar un comentario