Dentro de cada uno de nosotros existe un conjunto de antidepresivos naturales. Cuando intencionadamente conectamos con estos recursos, cambia nuestra actividad cerebral de forma que puede llegar a configurarse un cerebro antidepresivo. Uno de los antidepresivos naturales que ayuda a romper un mal estado
de ánimo y crear actividad
neuronal positiva es jugar.
El juego lo defino como "un estado flexible de la mente en el que estás ocupado en alguna actividad libremente elegida y potencialmente sin ningún propósito, que te parece interesante, agradable y satisfactoria."
En los experimentos, cuando los adultos fueron colocados en un
ambiente enriquecido donde había señales
que favorecían el juego, mostraban una
actitud más comprometida, abierta, y la mayoría parecía estar realmente
divirtiéndose.
La investigación de Marion Diamond de la Universidad de Berkeley muestra que las ratas que tenían un ambiente más enriquecido con juguetes y compañeros de juego mostraron crecimiento en su corteza cerebral. Esta es la parte del cerebro que está involucrada en el procesamiento cognitivo. Las ratas recorrieron laberintos más rápidamente que otras que tenían ambientes menos enriquecidos. Este tipo de investigación se ha repetido una y otra vez con resultados similares. Las ratas que tenían un entorno carente de juguetes y de compañeros de juego mostraron una reducción en el espesor de su corteza cerebral.
La investigación de Marion Diamond de la Universidad de Berkeley muestra que las ratas que tenían un ambiente más enriquecido con juguetes y compañeros de juego mostraron crecimiento en su corteza cerebral. Esta es la parte del cerebro que está involucrada en el procesamiento cognitivo. Las ratas recorrieron laberintos más rápidamente que otras que tenían ambientes menos enriquecidos. Este tipo de investigación se ha repetido una y otra vez con resultados similares. Las ratas que tenían un entorno carente de juguetes y de compañeros de juego mostraron una reducción en el espesor de su corteza cerebral.
La
realidad es que jugar reduce el estrés,
promueve la creatividad, la productividad, la apertura y revitaliza nuestra
sensación de vitalidad. Es, literalmente, un antidepresivo natural.
Una
respuesta está en comprender cómo el cerebro responde a las señales. La mayoría
del tiempo nuestro cerebro está tomando decisiones automáticamente por debajo
de nuestra conciencia y las señales ambientales están influyendo en esas
decisiones. Si a menudo estamos solos y hay una falta de personas y cosas estimulantes
en nuestro entorno, es más probable que podamos padecer depresión y ansiedad.
Por otro lado, si nuestros ambientes son más atractivos y tenemos acceso a más
compañeros de juegos se crea más resiliencia. Así que tenemos que tener en
cuenta: ¿Los entornos en los que vivimos, en casa y en el trabajo, favorecen el
que existan señales que favorecen el juego? Si es
así, ser consciente de esas señales es una buena práctica. Si no es así, ¿cómo
se pueden crear más señales en el entorno que provoquen una respuesta neural
más lúdica?
Fomentar
el juego en casa y en el trabajo.
Muchas
empresas están empezando a crear ambientes más enriquecedores porque la
investigación es clara; estos ambientes conducen a empleados más felices, menos estresados, más
leales y productivos. Si tu lugar de trabajo no lo hace, puedes decidir hacer
algo, quizá en los descansos puedas contar algo gracioso o ver un vídeo corto
que te haya resultado simpático o reunirte con compañeros enriquecedores y
aumentar la conexión entre vosotros.
En casa, ¿puedes
considerar lo que el juego significa para ti? Suele ser algo que has estado
pensando hacer y tu mente dijo que no
era importante. Tal vez quieres coger la cámara más veces, volver a conectar
con viejos amigos, leer un libro agradable, o tomar 2 horas libre para ti cada
semana y hacer algo fuera de la rutina.
En
nuestra cultura consideramos esto un lujo, porque premiamos el trabajar por
encima de jugar y nuestra mente a menudo nos dice que "el juego es
improductivo." Esta es una de las mentiras más grandes que nuestro cerebro
nos cuenta. La investigación es clara, aquellos que integran el juego en sus
vidas es más probable que recorran los laberintos más rápida y eficientemente.
Hay otros trucos para descubrir una vida más lúdica e incluso encontrar compañeros de juego, pero el primer paso es mirar a tus señales y comenzar a crear ambientes lúdicos más enriquecedores. Tenemos que crear activamente esto para nosotros mismos, incluso frente a las voces en nuestras cabezas que dicen "No lo merezco" o "Hay cosas más importantes que hacer."
El mensaje aquí es:
Hay otros trucos para descubrir una vida más lúdica e incluso encontrar compañeros de juego, pero el primer paso es mirar a tus señales y comenzar a crear ambientes lúdicos más enriquecedores. Tenemos que crear activamente esto para nosotros mismos, incluso frente a las voces en nuestras cabezas que dicen "No lo merezco" o "Hay cosas más importantes que hacer."
El mensaje aquí es:
Ser
consciente de jugar e introducirlo en tu vida puede actuar como un
antidepresivo natural, creando cambios neuronales positivos. Jugar, y practicar
repetidamente puede contribuir a configurar un cerebro antidepresivo.
Extraído y traducido de Mindfulness and
Psychoterapy. Elisha Goldstein
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