o de cómo pasar del modo mental HACER al
modo mental SER
El modo hacer
es el modo mental en el que pasamos la mayor parte del tiempo, está orientado a
los logros y los resultados. Es el que utilizamos en la resolución de problemas
y en lograr que las cosas se hagan; para ello nuestra mente analiza dónde
estamos y dónde queremos estar y camina
en el sentido de disminuir el espacio existente entre ambos. Nuestro
pensamiento analítico divide el problema en pequeñas piezas, tras haber
analizado una de ellas y haberla resuelto, volvemos a valorar el problema para
saber si la solución dada nos ha aproximado o alejado de nuestro objetivo.
El modo ser
está en relación con el proceso y no con el resultado. Es un modo vitalizante,
energetizante que tenemos a nuestra disposición en cualquier momento. Cuando
activamos este modo percibimos nuestras sensaciones, emociones y pensamientos,
percibimos cómo estamos física y mentalmente y esto podemos hacerlo en medio de
cualquier actividad por muy exigente que sea la tarea que estamos llevando a
cabo.
Como ejemplo práctico, cuando queremos hacer un
viaje, utilizando el modo HACER nos fijamos en el lugar en el que estamos
(punto A) y decidimos que queremos llegar a nuestro destino (punto B). A lo
largo del viaje valoramos varias veces si la dirección tomada nos está
aproximando a B, para reorientar nuestro camino. Nos interesa realizar el viaje
en un tiempo determinado y consideramos un logro cuando llegamos a destino en
el tiempo que nos hemos marcado aunque no hayamos percibido la belleza del
paisaje por el que ha discurrido nuestro viaje. En el modo SER viajamos de A a
B, pero nos permitimos gozar de lo que ocurre momento a momento, de lo que
percibimos con nuestros sentidos instante tras instante. El modo SER queda
reflejado en esta frase "el viaje es el destino"
Ambas modalidades son útiles, ninguna es peor o
mejor que la otra, simplemente son diferentes.
Prestar atención amablemente al momento presente,
con total intención y sin juicios es activar el modo ser. A través de las prácticas de Mindfulness aprendemos a ver el
mundo tal y como es y no como nos gustaría que fuera o como tememos que vaya a
ser. Activando el modo ser nos
liberamos de la prisión de nuestra mente, disminuyendo el estrés, la ansiedad ,
los miedos y las incertidumbres.
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