En la actualidad vivimos llenos de
ansiedad, preocupaciones y tensión. Nuestra cabeza nos martillea con mil
pensamientos que giran y giran, alimentándose los unos a los otros y haciendo
que perdamos la oportunidad de vivir lo único que podemos vivir: el momento
presente.
Hay verdades que solo pueden ser
conocidas por tu ser; puedes leer mil libros, puedes oír a otras personas, pero
la verdadera sabiduría solo la obtienes desde tu interior. Para ello has de calmar tu mente, liberarte
de todos esos pensamientos prestados, pensamientos alimentados desde hace mucho
tiempo, invitados a la fiesta de tu mente de la que no quieren partir.
Un viejo sabio iba por el bosque
con uno de sus jóvenes monjes. Empezaba
a anochecer. El viejo sabio le dijo al monje:
-
Hijo ¿crees que hay algún peligro en este camino?
El camino atraviesa un bosque espeso ¿hay algo que temer?
El joven monje estaba muy sorprendido porque un sannyasin (el que renuncia a la vida material) no debería tener miedo. Tanto si era una noche oscura o clara, tanto si caminaban por la calle o por el bosque no debería tener miedo; además este anciano nunca había tenido miedo. ¿Qué le ocurría hoy?
Siguieron un poco más y la noche se
hizo más oscura. El anciano volvió a preguntar:
-
¿Llegaremos
pronto al próximo pueblo? ¿Hay algún problema?
Poco después se pararon junto a un
pozo para lavarse la cara y las manos. El anciano le dio el saco que llevaba al
hombro y le dijo:
-
Cuídamelo.
El joven pensó que debía haber algo
importante en el saco, si no, no era posible que tuviera miedo y que hubiera
que tener cuidado. Además para un
sannyasin no era habitual tener que cuidar de algo.
El anciano empezó a lavarse la
cara; el joven metió la mano en el saco y encontró un ladrillo de oro. Ahora entendía
el motivo de su miedo. Lanzó el ladrillo lejos en el bosque y metió una piedra
del mismo peso en el saco. El anciano volvió, cogió la bolsa, la tocó, la
sopesó y se la puso al hombro.
Después de andar un rato dijo:
-
Está
oscureciendo mucho ¿nos hemos equivocado de camino? ¿Hay algún peligro?
El hombre joven dijo:
-
No
tengas miedo. He tirado el miedo.
El viejo sabio se sobresaltó. Miró
inmediatamente dentro de la bolsa y vio que en lugar del oro había una piedra.
Se quedó aturdido un momento, después se empezó a reír y dijo:
-
He
sido un idiota. Estaba cargando con una piedra; sin embargo tenía miedo porque
creía que era un ladrillo de oro.
Cuando se dio cuenta de que llevaba
una piedra, la tiró y le dijo al joven monje:
-
Dormiremos
aquí porque es difícil no perderse en la oscuridad.
Esa noche durmieron tranquilamente
en el bosque.
Si crees que tus pensamientos son
ladrillos de oro, los cuidarás y te quedarás atrapado en ellos. Cuando
reconozcas que tus pensamientos son ilusiones, piedras pesadas, podrás abandonarlas
con facilidad, harás espacio para conectar con tu sabiduría interior, con tu
verdadero ser.
Cuento extraído del "Libro del Hara. El
viaje al centro del ser". Osho
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