martes, 24 de diciembre de 2013

Sonríe, por favor.

Cuando te despiertes por la mañana, antes de salir de la cama a toda velocidad y empezar a realizar las tareas cotidianas sin ni siquiera haberte percatado de cómo te encuentras, permanece unos minutos tumbado. Abre los ojos, estírate y permítete conectar con tu respiración. Quizás puedes hacer dos o tres respiraciones profundas para continuar respirando al ritmo que naturalmente se produzca tu respiración en ese preciso momento. Inhalando y exhalando a tu propio ritmo, tomando conciencia de la inhalación, tomando conciencia de la exhalación y poco a poco sonriendo con cada inhalación y soltando con cada exhalación, soltando las tensiones, las preocupaciones, los temores, los enfados...


No es preciso que sientas alegría en ese instante, sólo sonríe. Cuando sonreímos las tensiones se desvanecen. Tenemos 300 músculos en la cara, cuando sentimos miedo, cuando estamos enfadados, esos músculos se tensan, tensión que transmiten al cerebro y el cerebro una vez más nos dice que nos encontramos mal. Cuando sonreímos, nuestro cerebro es informado de que nos sentimos bien y el cerebro, a  su vez, nos devuelve la información que estamos contentos, poco a poco la tensión desaparece y mejora nuestra emoción.

Thich Nhat Hanh dice "Yo no espero hasta estar alegre para sonreír; la alegría vendrá más tarde. A veces cuando estoy solo en mi habitación a oscuras practico el sonreírme a mí mismo. Hago esto para ser bondadoso conmigo mismo, para bien cuidarme, para amarme. Sé que si no soy capaz de cuidarme a mí mismo, no soy capaz de cuidar a nadie más"


Así que a partir de ahora tienes una nueva tarea, sonríete todas las mañanas. Sonríete, por favor.

No hay comentarios:

Publicar un comentario