martes, 29 de octubre de 2013

Practicar Mindfulness.- Experimentando con el cuerpo.


Practicar mindfulness es una forma de hacernos conscientes, de abrirnos a la experiencia del momento presente y del siguiente y del siguiente.

Esta práctica que propongo aquí nos ayuda a volvernos sensibles al lenguaje de nuestro cuerpo y nos facilita el camino de la comprensión y la armonía.

Sabemos que emitimos mensajes no solo con nuestras palabras, también con el cuerpo. Las distintas posiciones corporales irradian hacia el exterior. Este lenguaje corporal lo utilizamos en nuestra relación con los demás,  cualquier persona intuitivamente puede llegar a recoger la información transmitida, "leemos" el estado de ánimo de una persona por la forma de caminar, la posición de sus hombros, la forma de mirar..... Quizá de lo que no nos hemos percatado con tanta claridad es que las posturas que adoptamos también irradian hacia el interior, influyen en nuestra energía.

En el hinduismo se utilizan determinadas posiciones de las manos y los pies para canalizar  las energías interiores  ayudando a la apertura de la mente y, en definitiva, al crecimiento de la persona.

Esta es la práctica:
Decidamos realizar la práctica tomando conciencia de que estamos dedicando un tiempo al cultivo de nuestro bienestar. Adoptemos una posición sentada, preferiblemente con la espalda recta, permitiendo que la columna se eleve desde las nalgas dirigiéndose al cielo, con los hombros relajados y las manos descansando sobre los muslos, en una postura de dignidad.                                   

Respiremos con suavidad, observando nuestra inspiración, observando nuestra espiración, con total libertad, sin esfuerzo.

Coloquemos nuestras manos suavemente con las palmas hacia abajo apoyadas sobre los muslos. Quizás podemos llevar la atención a las sensaciones que aparezcan con este movimiento de las manos, quizá percibiendo algún cambio en nuestra energía.

Respirando a nuestro propio ritmo, volvamos las palmas de las manos hacia arriba, abiertas al exterior. ¿Podemos percibir algún cambio?

Permitámonos disfrutar de esta experiencia unos cuantos minutos explorando la energía que se produce en nosotros cuando cambiamos la posición de las manos.

Esta es la práctica;  si te apetece puedes avanzar en esta exploración. 

Cuando estés en una conferencia observa cómo tienes tus manos, cuando estés ante un ser querido obsérvalo también, posiblemente las manos estén relajadas, observa qué sensaciones tienes, qué energía recorre tu cuerpo. Sigue practicando la observación cuando estés discutiendo con otra persona. Observa cómo colocas tus manos, qué tensión tienen en ese instante, qué actitud interna acompaña. Posiblemente tus manos estén cerradas, en forma de puños. 

Sigamos explorando, tras esta última observación, permítete cambiar la posición de las manos,  flexiona tus brazos y une las dos palmas de las manos a la altura del pecho, postura que se utiliza en la oración,  y observa qué pasa en tu interior, qué pasa con tu enfado, observa cómo esa posición de las manos te dificulta seguir con el enfado. 

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